Hasta la reforma del Plan Bolonia (1999-2010) el Ministerio de Educación fijaba el catálogo de licenciaturas y diplomaturas y la lista era corta, clásica y con una formación generalista (Biología, Historia o Ingeniería de Caminos). Pero desde entonces son las universidades las que diseñan los grados que quieren impartir y, si logran la acreditación del ministerio, los ofertan. De modo que los campus ahora batallan por las inscripciones con títulos cada vez más especializados y pegados muchas veces al mercado laboral. El curso que viene contará al menos con seis nuevos grados que dan respuesta a nuevos retos y a las necesidades sociales, económicas, sanitarias y medioambientales que van surgiendo.
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