En plena batalla por el acceso al aborto seguro y legal en medio mundo, la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, está maniobrando para eliminar cualquier referencia a esa práctica de la mesa de los líderes del G-7. La mandataria de Italia, país que ejerce la presidencia rotatoria anual del grupo que reúne a algunas de las principales democracias del mundo, ha fulminado todo lo relacionado con la interrupción voluntaria del embarazo de la declaración que se negocia estos días en la cumbre del grupo en Puglia, en el sur de Italia.
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